El Pais Uruguay

María Moreno

Inmunóloga, integra la Comisión Nacional Asesora de Vacunaciones del MSP

1.

El retorno a la normalidad será posible siempre y cuando la mayoría de las personas estén vacunadas y haya una baja circulación viral que permita volver a la estrategia de tetris. Hay que tener en cuenta que la situación de Uruguay no es ajena a la situación mundial y, en la medida de que el virus (y nuevas variantes) sigan circulando en otros países, deberemos estar con un estricto seguimiento epidemiológico, genómico e inmunológico. Esto permitirá estar alerta de bajadas de inmunidad o inmunidad insuficiente frente a nuevas variantes. Creo que muchas costumbres han llegado para quedarse y, en la medida en que entendamos su beneficio, las incorporaremos naturalmente a nuestra vida diaria (por ejemplo, lavado manos y mayor higiene, uso de tapabocas en lugares de aglomeraciones o compartir mate en círculos restringidos). Ahora, me resulta difícil manejar una fecha tentativa para volver a la normalidad porque depende de decisiones políticas, no solo de nivel de vacunación. En la medida en que mantengamos altos niveles de movilidad y se trabaje para seguir liberando apenas se ve una reducción, la circulación viral no va a reducirse y seguirá siendo comunitaria. Eso complica el retorno a la normalidad.

2.

El regreso a clase traerá mayor movilidad. Ya saben que esta está relacionada con el incremento de casos, por lo cual sería recomendable que sea muy controlado y solo en la medida de que la bajada de casos se consolide y la cantidad de personas inmunizadas aumente. Y deberían mantenerse los protocolos hasta tanto la cantidad de casos baje drásticamente.

3.

Debido a que la efectividad de la vacuna es mayor en evitar casos severos y muertes que en evitar la transmisión, el impacto debería observarse primero en la cantidad de personas ingresando a CTI o en muertes. A nivel de transmisión es posible no observar el beneficio de la vacunación por un largo período. Es muy poco factible que eliminemos o erradiquemos el SARS-COV-2. Por eso, siendo realista, es lógico que exista la necesidad de refuerzos cada uno o dos años. También la necesidad de refuerzos con vacunas diseñadas frente a nuevas variantes del virus. ¿Si será necesaria una tercera dosis este año? Sabemos que los anticuerpos se mantienen unos cuantos meses (al menos ocho después de la infección, al menos un año después de vacunas como Moderna). La dificultad está en trasladar ese dato inmunológico en protección. Por suerte, hay ensayos que van por delante nuestro y esperemos que arrojen datos concretos para decidir. En todo caso, parece más factible necesitar una tercera dosis para una vacuna inactivada como Coronavac que induce menores niveles de anticuerpo, que para vacunas MRNA como Pfizer.

QUÉ PASA

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2021-05-16T07:00:00.0000000Z

2021-05-16T07:00:00.0000000Z

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