El Pais Uruguay

“La pandemia mostró la importancia y la fortaleza del sector agropecuario”

ALEJANDRO ZAMBRANO ZERBINO Es el martillero de la firma, fue presidente de los Consignatarios de Ganado y de Plazarural

P.D.M.

—¿Cómo ves al mundo en este momento de pandemia?

—La pandemia desnudó la desigualdad en la que vivimos. Los llamados países desarrollados, de los que hemos tenido que escuchar muchas veces que nos digan qué es lo que hay que hacer, ante la pandemia mostraron que, cuando las papas quemaban, cuando las vacunas se precisaban, primero estaban ellos. De las mejores definiciones que escuché de esta situación, es que la ciencia estuvo a la altura de las circunstancias... la política no.

—¿Cómo se manejó Uruguay?

—Muy bien, considerando sus posibilidades y recursos. Demostró no solo empatía, sino también responsabilidad y transparencia en el manejo. Hoy ese manejo lo reconoce un 60/70 % de los uruguayos. Si miramos Latinoamérica (no sólo la región), nadie puede rebatir que somos los que estamos mejor, junto con Chile que sufrió algunos problemas sociales que se vieron en las calles. Acá se tomaron buenas decisiones la mayoría de las veces, a pesar de las presiones muchas veces contrarias, lástima que después fueron pocos los que reconocieron que se habían equivocado y el camino tomado por el gobierno era el adecuado. Como al inicio, cuando se pedía cuarentena obligatoria, pero bueno, así somos, nos cuesta decir “me equivoqué”. Con la perspectiva del tiempo creo que también se juzgará como positiva. Una vez que quede atrás la pandemia que de alguna manera unió a la mayoría de los uruguayos y haya que encarar los problemas de fondo. Esa visión positiva de la mayoría de la población es probable que cambie… la mía no.

—¿Confías que el sector agropecuario sea el “Malla Oro” como dijo el presidente Lacalle Pou?

—No quedan dudas. La pandemia mostró la importancia y la fortaleza del sector, donde otros “Malla Oro “, como el turismo, los servicios, etc., mostraron lo vulnerable que son y quedaron lejos… Y creo que, como nunca, hay que promocionar esa fortaleza en una suerte de marketing interno que nos permita “amigar” al sector con la ciudad. Insistir con que no hay dos países, que “si al campo le va bien, a la ciudad le va bien”. Y además insistir en que la forma como producimos en Uruguay es no solamente innocua, sino que además contributiva al medio ambiente… O sea: el campo uruguayo cierra por todos lados. Dicho esto, igual creo que el Uruguay tiene que explotar mucho más esas otras actividades económicas, tampoco es para descartarlas. Tenemos que aggiornarlos a los tiempos que se vienen. Porque además, muchos cambios se han acelerado este año y pico de pandemia.

—¿Y cómo se podría hacer?

—Con más y mejor educación, primero que nada. Y después, el país desde lo institucional y burocrático tiene que hacer cambios que estimulen a los innovadores, a los soñadores. Ver qué hacen los países sajones o Israel (los reyes de las startups), donde no sólo facilitan el desarrollo creativo, sino que lo estimulan, invitan a quienes puedan desarrollar las empresas del mañana… Acá, ya de arranque la burocracia muchas veces es tanta, que desestimula, en un mercado que su tamaño ya es desestimulante per se. Además, que predicamos una cultura donde se estigmatiza a quien fracasa cuando debería ser al revés… En otros lugares, fracasar es la norma para llegar luego al éxito.

—¿Qué te aportó ser presidente de la Asociación de Consignatarios de Ganado y de Plazarural?

—Ayudó a conocer y armar equipo con colegas, que durante todo el año son competencia, pero que identificando intereses comunes se demostró que se puede armar equipo con competidores y generar beneficios para todos. Para eso tiene que haber una cabeza que entienda para bien este concepto y muestre el camino. Entiendo que la responsabilidad, cuando te toca estar al frente de una institución o una empresa como Plazarural, te hace crecer y madurar ya que, de alguna manera te volvés “empleado” de esos colegas. Hay que articular las cosas donde además los precisas, ya sea para que hagan ellos gestiones o para que avalen decisiones que uno tiene que tomar. La verdad que siempre me sentí muy cómodo en ese rol, me gusta y me ha permitido conocer también gente muy positiva y también relaciones personales y profesionales muy buenas.

—¿Cuál fue tu primera tarea en Zambrano & Cía.?

—Lo primero que me acuerdo fue que me mandaron a ordenar biblioratos viejos en la primera oficina de la calle Cuareim, frente a Agroventas. No era una tarea sino más bien un castigo por un año escolar malo… Formalmente, fui cadete, hacía las salidas, bancos, gestiones, etc. Tengo varias anécdotas de esa época, incluyendo que dos veces estando en dos bancos distintos haciendo depósitos, me topé con la banda famosa aquella que robaba bancos… Ligaba poco…

—¿Siempre te gustó rematar?

—No. Creo que no era algo vocacional, sino que se me dio una vez que probé y salió bastante bien. Pero no era de practicar en la ducha, o como por ahí le gusta a Mauri (el mayor de mis hijos) imitarme…

—¿Recuerdas la primera vez que tomaste un martillo?

—Sí. En un remate de caballos Cuarto de Milla y Pura Sangre de la familia Tafernaberry, que hacíamos en conjunto con otros colegas. Después que rematé un lote, pensé que era el último y agradecí a los presentes por haber venido, etc…. Resulta que faltaban 5 o 6 lotes por pasar, así que tuvimos que atajar a los clientes para que no se nos fueran… jajaja… interesante debut…

—¿Te gusta más rematar, o encarar un negocio mano a mano?

—Me va mejor con el martillo y con organizar la previa con mi equipo y que el contacto sean ellos. Entiendo que ese laburo previo es clave y es lo que explica un resultado positivo (o no) de un remate. Una analogía que uso mucho para explicar esto, es que el remate es como un iceberg, el 90% del trabajo no se ve. El resultado bueno se da por todo el trabajo que no se ve, en la previa y en el post remate. El acto del remate es una consecuencia de ese laburo. Ahí el equipo que tenemos es clave y explica mucho de lo que hacemos bien. Sin un buen equipo atrás, no hay rematador bueno que valga.

—¿Cómo defines a Gerardo Zambrano?

—Un tenaz.

Es necesario adaptarse a los tiempos que vienen, y se hace con más y mejor educación” Un remate es como un iceberg: 90% del trabajo no se ve; sin buen equipo no hay buen rematador”

RURALES

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2021-05-16T07:00:00.0000000Z

2021-05-16T07:00:00.0000000Z

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