El Pais Uruguay

¿A qué fue?

Si el presidente Luis Lacalle Pou no hubiera dicho lo que dijo en la Celac, cabría preguntarse para qué otra cosa fue a la reunión. ¿Para darle un espaldarazo a Maduro? Notoriamente no. El presidente paraguayo aclaró que no reconoce a Maduro y que su presencia no implicaba nada en contrario. Pero el hecho es que Juan Guaidó, a quien mucho de los que estuvieron lo reconocen como presidente encargado de Venezuela, no fue invitado.

Supongo que no fue para homenajear a sus inventores:, Hugo Chávez, digitado por Fidel y que además ponía la plata, Néstor Kirchner, que falleció antes de que se constituyera, Rafael Correa, Evo Morales entre sus cabecillas. No para hacerle la corte a Manuel López Obrador, supongo. ¡Bueno sería! Lamentable lo de AMLO, y más si se recuerda su discurso en la Casa Blanca a los abrazos con Trump. Y con muchas genuflexiones. Dicen en México que su gobierno retrotrae a los peores del PRI.

La Celac fue inventada con intenciones aviesas. Vistos sus creadores, qué menos. Primero condenar el embargo del Gobierno de EEUU a Cuba, esa la primera orden. Segundo darle un codazo a las Cumbres Iberoamericanas; un intento de los españoles para competir con la OEA, creando un foro sin EEUU y Canadá. Las cumbres le rechinaban a Chávez, sobre todo por el papelón de cuando el Rey Juan Carlos lo mandó a callar.

También estaba el propósito de crear un sustituto de la OEA, a la que no soportaban los inventores de la Celac. Pero no porque estuviera EEUU; lo que no soportan es a los organismos dependientes o vinculados a la OEA: la Comisión Interamericana de DDHH, la Relatoría de la Libertad de Expresión y la propia Corte Interamericana. Estos se meten en sus asuntos internos y en sus feudos. De ahí que quieran salirse, como un su momento lo intentó Fujimori, que fue de los pioneros.

Pero Lacalle Pou fue. Fue y se las cantó; y eso ya es otra cosa. Mentó la soga en la casa del ahorcado. A muchos, muchísimos, les recordó aquel “por qué no te callas”. Aplausos muy abundantes, de todos lados. Hubo críticos desde luego, pero todas las pisadas venían de la misma cueva.

Se dijeron muchas boludeces, se dieron argumentos tontos y se repitieron y repiten como marca el manual, y hubo cosas tristes que a la vez producen asco. Entre estas, el trabajo y la actitud de quienes le arrimaron material al presidente cubano Díaz-canel, sobre la LUC en el marco de una

La Celac fue inventada con intenciones aviesas. Vistos sus creadores, qué menos.

campaña de “escrache” del país y de los uruguayos. Funciona una usina para ello. Entre las boludeces, más allá del coro que obedece a otros reinos, está la de ¿por qué con Venezuela, Cuba y Nicaragua y no con China? ¿Y qué tiene que ver una cosa con la otra? Sin perjuicio de que Lacalle en la ONU habló también contra todas las dictaduras y regímenes opresivos, el hecho es que Uruguay comercia normalmente con Cuba, Venezuela y Nicaragua y no declaró ningún embargo ni bloqueo; comercia con Irán, con Rusia, con Suiza, etcétera, etcétera y una cosa no quita la otra.

Más grave es el argumento de no intervenir en asuntos internos. Hacer eso es lo que hizo el cubano al hablar de la LUC, pero en materia de Derechos Civiles y de DDHH no hay fronteras ni asuntos internos que valgan. Las violaciones se deben condenar y se deben denunciar y se debe respaldar a todos los que trabajan y luchan contra los violadores.

En donde sea.

EDITORIAL

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2021-09-25T07:00:00.0000000Z

2021-09-25T07:00:00.0000000Z

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