Es la nueva película de David Leitch lo que significa que hay acción, algo de humor, mucha sangre y una variedad de formas de morir. Son un montón aunque sin llegar a la irrisoria tasa de mortalidad de John Wick, que catapultó la carrera de Leitch, quien también dirigió Atómica y Deadpool 2. Acá se encarga de desplegar sus mañas en la pantalla. Eso quiere decir escenas de pelea bien coreografiadas en espacios reducidos, pausas para diálogos graciosos en medio del torbellino de balas, muertes mostradas en cámara lenta, un elenco lleno de caras conocidas y varios famosos que tienen una pequeña aparición. Todo eso pasa en Tren bala, y la combinación funciona.

Brad Pitt —que atiende como Catarina— es un ladrón con algunos problemas de karma y mala suerte. Sus últimas misiones no salieron como esperaba y cuando un asesino no puede atender un simple atraco, termina aceptando la tarea.

Como si necesitara un motivador personal, en la película se la pasa hablando por teléfono con su “manager” que tiene la voz de Sandra Bullock. A ella le va contando sus penurias y lo aprendido en terapia. Según ella, le están robando la plata, vaya ironía. Ese intercambio genera buena parte del humor en la película.

La misión de Catarina parece la más sencila del mundo: robar un maletín que se encuentra en un tren bala que viaja de Tokio a Kioto. Es entrar en una parada, robar y bajarse en la siguiente. ¿Qué puede salir mal? Todo, claro.

Es que en el tren, y por distintos motivos también viajan varios asesinos bien peligrosos disimulados entre los pasajeros. Y entre tanto sicario hay un padre de familia en busca del responsable que su hijo esté en el hospital.

Por ahí también andan Aaron Taylor-johnson y Brian Tyree Henry, los “gemelos” Mandarina y Limón, que tienen una relación complicada y el dichoso maletín. Además están custodiando al hijo del mafioso más peligroso del mundo: La muerte blanca. Tienen que llevar al chico con vida hasta Kioto, aunque las cosas salen muy mal rápidamente.

Entre tanto aborda Bad Bunny que interpreta a “El Lobo”, integrante de un cártel mexicano en busca de venganza por la muerte de su jefe y su esposa el día de su boda. También anda por ahí Joey King que lleva como alias “El Príncipe” y Zazie Beetz es “El avispón”.

Todos estos personajes tienen su propia presentación al estilo Kill Bill, y sus historias se cuentan a través de dinámicos flashbacks. Claro que tanto nombre, historia y presentación puede resultar un tanto abrumador, aunque no hay más que hacer que dejarse llevar por la adrenalina de la historia.

El tren del título será rápido, pero parece tener el peor servicio del mundo. Hay gente muerta en cada vagón, sangre en los pisos y ventanas rotas, pero nadie parece darse cuenta.

Más allá de este detalle, Tren bala es una película ágil que no decae gracias a los distintos personajes que van apareciendo y relacionándose entre sí. Todo mostrado con una colorida fotografía y una graciosa banda sonora llena de hits occidentales interpretados en japonés.

Es entretenimiento puro y duro, y poco más hay que pedirle a Tren bala que ofrece una historia repleta de acción el mejor estilo Guy Ritchie (aunque sin su humor inglés). Sí hay humor, a veces surgido en los momentos menos esperados, lo que aliviana la tensión que se va generando a cada momento.