El Pais Uruguay

¿Por qué el tiempo está loco?

Científicos determinaron los regímenes que hacen que cada tres o cuatro días cambie completamente el pronóstico

MARÍA DE LOS ÁNGELES ORFILA

Naturaleza caótica”. Eufemismo para lo que usted normalmente llama “tiempo loco”. La culpable es la atmósfera y no el meteorólogo: su propia naturaleza cambiante impide predecir si estará soleado o lluvioso en dos semanas a partir de ahora.

“Dos condiciones iniciales casi iguales pueden derivar en situaciones completamente diferentes después de 10 días. Eso es el caos”, explicó el físico Fernando Arizmendi, autor de un estudio que encuentra la punta de la madeja de la locura de la variabilidad climática de Uruguay.

Junto a Romina Trinchin y Marcelo Barreiro, investigadores del Departamento de Ciencias de la Atmósfera del Instituto de Física de la Facultad de Ciencias y de Pedeciba Geociencias, Arizmendi definió cinco regímenes de tiempo diferentes para verano, otoño y primavera y siete para el invierno al analizar datos diarios de los últimos 70 años (período que es uno de los más extensos que hayan sido estudiados en la región).

Esto significa, por ejemplo, que en los tres meses de verano habrá una transición constante entre cinco regímenes con condiciones diferentes con una duración media de entre tres y cuatro días cada uno. Lo mismo pasará en otoño y primavera.

Y en invierno se trastorna más la cosa al tratarse de siete regímenes porque corresponden a un humor diferente de la atmósfera sobre nuestro país.

Cada régimen de tiempo está asociado a la posición de sistemas de alta presión o de baja presión. El régimen 1 (WR) se caracteriza por vientos desde el norte sobre Uruguay. El WR 2, por su parte, tiene una circulación anticiclónica bastante fuerte en el Atlántico, lo que produce vientos del este.

El WR 3 es casi su opuesto: la circulación ciclónica provoca vientos del sudoeste. El WR 4 genera vientos del sur; mientras que el WR 5 presenta vientos relativamente débiles. En otras palabras, cada régimen tiene impactos distintos.

“Por ejemplo, cada día del verano se corresponde con un WR y, en principio, no se sabe cuál viene después. En este trabajo, no solo estudiamos la ocurrencia de cada WR para cada estación y su relación con modos globales de variabilidad como El Niño o La Niña sino también cuales son las transiciones más probables en cada escenario”, explicó Arizmendi a El País.

Al analizar los datos acumulados en 70 años se encontraron algunas transiciones más recurrentes. Por ejemplo, en verano, “en general del WR 2 se pasa al Wr1ydelwr1sevaalwr5”.

El Niño favorece la ocurrencia del WR 1. ¿Y cómo se manifiesta? Los vientos del norte advectan humedad del Amazonas y hay más precipitaciones.

“Los períodos de escala subestacional son uno de los mayores desafíos”.

“Es una explicación de por qué El Niño está asociado a primaveras más lluviosas y por qué pasa lo contrario cuando está La Niña”, apuntó el físico.

Por otra parte, Arizmendi señaló que la ocurrencia del WR 5 en verano, otoño e invierno –asociado a un sistema de baja presión sobre Uruguay– muestra una “tendencia negativa”. Para esas estaciones, “cada vez se observan menos patrones vinculados con un desarrollo de un sistema de baja presión sobre nuestras costas”, dijo a El País. Esto comprende un área donde la presión atmosférica es más baja que en los alrededores que por lo general se manifiesta con nubosidad y lluvias.

¿Cómo se manifiesta la naturaleza caótica de la atmósfera en invierno? Con más variabilidad. A los anteriores cinco WR se le suman otros dos. El WR 6 trae vientos del oeste y el WR 7 se caracteriza por un sistema pequeño de alta presión.

Cada WR, además, incide en que usted tenga frío un día, después calor, después frío y salga hoy con un paraguas que si lo vuelve a sacar mañana volverá seco. Aquellos vientos del norte que llegan con el WR 1 elevan las temperaturas mínimas y máximas pero tiene más precipitación asociada; mientras que los vientos del sudoeste del WR 3 y los del sur del WR 4 le harán buscar un abrigo.

Si usted es team verano (como Arizmendi), va a preferir los días del WR 2 que son secos y cálidos (recuerde que vienen en tandas de tres o cuatro días, por lo tanto, aprovéchelos). En invierno, los días más fríos son los del WR 7, en particular, durante

“La predictibilidad tiene una barrera de 7 días o máximo de 10 días”.

las noches (también son los días más secos) y la peor combinación –frío y lluvias– se da en el WR4YWR5.

Esta inestabilidad es la que nos hace renegar. Pero más a los meteorólogos que se topan “con un vacío” por el que no pueden hacer pronósticos a 10 o 15 días. “No puedo decir que el 21 de septiembre va a estar soleado pero sí puedo decir que se espera una primavera con menos lluvia de lo normal”, ejemplificó. Y afirmó: “Los períodos de escala subestacional son uno de los mayores desafíos en la dinámica del clima”.

El estudio de Arizmendi, Trinchin y Barreiro es un avance para entender cómo hacer esos pronósticos que están a medio camino entre la información del día y las tendencias climáticas.

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2022-08-19T07:00:00.0000000Z

2022-08-19T07:00:00.0000000Z

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