El Pais Uruguay

Tiktok, Kwai, Instagram, Youtube

[EFE]

■■ La desinformación que circula sobre el proceso electoral brasileño ha mutado desde las pasadas elecciones presidenciales de 2018 a videos cortos, sin mucha sofisticación y consumidos a gran velocidad para reafirmar las ideas preconcebidas de los votantes.

Los contenidos falsos han buscado sobre todo deslegitimar el sistema electoral y atacar a los dos principales candidatos, el actual presidente, Jair Bolsonaro, y el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, con un 50 %.

A pesar de la voluntad de instituciones y organizaciones de la sociedad civil para evitar que la desinformación contaminara en exceso el debate de las elecciones presidenciales, con la primera vuelta hoy, los expertos advierten que su diseminación fue imparable.

En las elecciones presidenciales de 2018, los contenidos falsos que circularon en Whatsapp jugaron un papel crucial para la radicalización del electorado y la victoria de Bolsonaro, y llegaron a ser objeto de investigación del Tribunal Superior Electoral ( TSE).

Para Sérgio Lüdtke, editor en la alianza de verificación brasileña Comprova, las fotografías o videos sospechosos que circularon ese año eran “mucho más fáciles de verificar”, pero desde la pandemia del covid-19 los creadores de contenidos falsos afinaron sus técnicas.

“La pandemia fue un posgrado para los diseminadores de la desinformación” que pudieron probar nuevos formatos, comenta en entrevista. El periodista asegura que en esta campaña, para desinformar, ya no es necesario “presentar datos o afirmaciones falsas”; basta con un recorte de un video real con una descripción engañosa que reafirme las creencias de los votantes, lo que vuelve el panorama “mucho más complejo que en 2018”.

Por ejemplo, internautas compartieron un video de Lula arropado por una multitud y lo acusaron de estar borracho, pero las imágenes solo muestran al candidato moviéndose con dificultad cuando lo agarra con fuerza un guardaespaldas.

En esta campaña ganaron mucho protagonismo los videos cortos de aplicaciones como Tiktok, Kwai, Instagram o Youtube, mucho “más emocionales” que otros formatos y también más complejos de verificar con las herramientas actuales, según Lüdtke.

Las desinformaciones han buscado sobre todo deslegitimar el sistema de votación electrónico, implementado en el país desde 1996 y que nunca tuvo denuncias de fraude comprobadas.

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2022-10-02T07:00:00.0000000Z

2022-10-02T07:00:00.0000000Z

https://epaper.elpais.com.uy/article/281900187094153

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