El Pais Uruguay

“La vida es una poderosa novela”

ra vez en long play, agregamos VO y tres CD de IN & ALT. De aquellos nueve meses “grabando” recuerdo bastante pero fue una fiesta terrible; no se supone que haya que recordarlo todo, es imposible.

— Honestidad brutal fue el inicio de una verborragia creativa que se expandió con El Salmón y la idea de componer, al menos, una canción al día. Tu experiencia más cercana fue en 2020, cuando escribiste una décima por día, pero, ahora que publicás un disco cada dos o tres años, ¿cómo analizás tu decisión de bajar el ritmo compositivo? ¿Qué se pierde y qué se gana en el camino?

—No decidí bajar el ritmo de las cosas, ni de la música ni de la vida pero tampoco es una mala idea, al contrario. Hacemos mucho más que un disco cada tres años; giras de dos años y más cosas que están fuera del radar de interné (sic). Recibimos medallas en Madrid, exponemos fotografía en galerías de arte, preparamos libros, ponemos en marcha discos en vivo, libros para cine, proyectos ambiciosos para teatro, estamos en las tertulias y en las temporadas. Tenemos miles de grabaciones inéditas, literalmente; y muchas páginas escritas. Lo hacemos sin reclamar atención, no importa si no es una efeméride que la red celebre con entusiasmo. Estoy en Madrid para grabar radio cápsulas (sanedrín en el Café Varela), grabo con Quijano Café, y en octubre y noviembre tocaremos 17 fechas buenas en América. Si tuviera sentido, editaríamos un disco por mes pero tampoco existe el afán; todos los días merecen ser vividos con gratitud cristiana, somos Hoochie Coochie Men domingos y feriados. No obstante lo cual, retirarse del canto y los viajes es honorable y una fantasía frecuente de más de un cantor. —¿Qué otros planes tenés para el futuro cercano? ¿Estás trabajando en una segunda parte de

Dios los cría... o registrando nuevas canciones?

—Estamos escribiendo un libro de letras comentadas con Patricio Pron y espero publicar las redondillas del 2020; mezclamos un LIVE del 2010 con eje en el infame concierto en Barcelona de aquel año… Después podríamos terminar un LIVE del la gira Licencia Para Cantar con el trío de Jazz … y seguimos girando el año que viene. Además tengo una vida propia, no soy el misántropo irremediable que creía ser, soy hombre de familia recuperado. Tengo proyectadas próximas grabaciones especiales y me

reservo esa información de momento. —Siempre me interesó tu atracción por abarcar tantos estilos: podés grabar junto a artistas como Julio Iglesias y Milton Nascimento, pero también trabajás con Mala Fama y Los Palmeras. ¿De dónde surge esa versatilidad?

—Pues… soy versátil, iconoclasta y cosmopolita. Manolo Caracol lo explica en tercera persona: “Porque quiere, porque sabe y porque puede”. Sigo sorprendido por la confianza que me brindan tantos artistas y cantantes. Disfruto de cantar y grabar por distintos palos, me gusta el estudio y una sesión buena. —Tu último recital en Uruguay fue en 2019. Entre el público estaban Jaime Roos y Ruben Rada, y cantaste “Biromes y servilletas” y “Mind

“Si tuviera sentido, editaríamos un disco por mes”, comenta el artista.

Projects”. ¿Cómo recordás esa visita y qué esperás de este reencuentro?

—Cantar delante de Rubén y Jaime es una “oreja cara”, excede a cualquier cantor. Para colmo intentamos cantar “Biromes y servilletas”. Espero que este Arena sea muy bueno, comunión general, cinco músicos tocando y cantando. No sé quién fue que dijo que los uruguayos, como público, son más “amargos que el mate”. Me suena a un elogio. —Hablando de Uruguay, tu primera experiencia profesional fue en Raíces, el grupo de Beto Satragni. A 44 años de eso, ¿qué balance hacés del camino recorrido?

—La vida es una poderosa novela y aprendí demasiado. Quizás ahora estoy aprendiendo a vivir. Para colmo. Against all odds.

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