El Pais Uruguay

Decisiones responsables

Cuando se gobierna lo que más cuesta es tomar decisiones de fondo tendientes a solucionar problemas serios y crónicos del país. Porque significa asumir riesgos y desafíos proporcionales.

Pero, al mismo tiempo, esa actitud marca la diferencia entre el compromiso de lograr el mayor bienestar posible de la comunidad a largo plazo, y gobernar simplemente “haciendo la plancha” tratando de no correr riesgos.

Cuando la coalición de gobierno presentó la LUC claramente se posicionó en la primera postura. Recibió toda clase de críticas y de terribles augurios para la población, que nunca ocurrieron. Impulsado por el Pit-cnt —y seguido por su fuerza política el FA— se realizó una consulta popular que no prosperó, con el fin de derogar muchos artículos de la LUC, incluso varios de ellos que los legisladores de la oposición habían votado en el parlamento.

Luego de tres gobiernos de izquierda —con mayorías parlamentarias— sin hacer nada al respecto, es la actual administración la que emprendió con decisión llevar adelante dos proyectos de enorme trascendencia para el país: la reforma jubilatoria y la construcción de un respaldo del sistema de abastecimiento de agua potable a Montevideo y zonas aledañas.

Como viene ocurriendo, desde su anuncio la central sindical y su fuerza política se manifestaron en contra de ambos proyectos, una vez más demostrando que priorizan lo político a las necesidades del país.

Durante 15 años (incluida la gran bonanza económica) nada hicieron para procurar una solución de fondo a estos dos asuntos críticos. Pero ahora, aunque comparten la urgencia de solucionar estos asuntos, ante las iniciativas del gobierno, vuelven a ser agoreros, se oponen a su consecución, en lugar de contribuir con buenas ideas para mejorar las iniciativas.

El proyecto Neptuno a realizarse en el balneario Arazatí del departamento de San José, procura ser una interesante alternativa al estrés que padece el sistema de abastecimiento de agua potable de Montevideo. Es alimentado por el río Santa Lucía, el cual está con su capacidad al límite. Además padece serios problemas de contaminación por la presencia de ciertos residuos agroquímicos y la generación de barros residuales.

Lo sensato es buscar una solución alternativa que no involucre la misma cuenca hídrica ya sobrecargada y por lo tanto muy vulnerable. Neptuno recurrirá al Río de la Plata como fuente de agua. Se potabilizará para respaldar el consumo metropolitano cada vez que sea necesario.

Consiste en una inversión privada que llevará a cabo su construcción y su mantenimiento, aunque la operativa estará a cargo de OSE. Por lo tanto el suministro del servicio de agua potable seguirá estando en manos estatales como lo marca la Constitución. Al concretarse esta obra el 60% de los uruguayos tendrán asegurado el suministro de agua de calidad, más allá de los vaivenes climáticos y otras vicisitudes que puedan presentarse.

Sin entrar en consideraciones técnicas del proyecto que corresponden a los expertos, y confiando en que lo aprobado da razonables garantías de éxito, hay que subrayar que nuevamente el gobierno recorre el camino correcto de la acción, respondiendo con elogiable convicción, a una visión de país a mediano y largo plazo.

El proyecto Neptuno procura ser una alternativa al estrés que padece el sistema de agua potable.

EDITORIAL

es-uy

2022-12-07T08:00:00.0000000Z

2022-12-07T08:00:00.0000000Z

https://epaper.elpais.com.uy/article/281870122472428

El Pais Uruguay