El Pais Uruguay

Un espíritu libre e inquieto que llega a Montevideo

Stephin Merritt, de The Magnetic Fields, con El País

RODRIGO GUERRA

Stephin Merritt hace un largo silencio. Siete segundos, como la canción de Los Rodríguez, que se sienten como una eternidad. Del otro lado de esta videollamada por Zoom, la mente detrás de The Magnetic Fields clava la mirada en una de las paredes de su living y se abstrae de la escena. Está buscando las palabras justas para definir su interés por construir obras colosales como 69 Love Songs y 50 Songs Memoir. Mientras sostiene su taza de café, amaga con hablar en varias ocasiones, pero en todas se arrepiente. Finalmente, lanza: “No tengo idea; simplemente no sé qué otra cosa más podría hacer”.

Es un viernes de mediados de noviembre cuando Merritt, que tiene fama de dar respuestas escuetas, responde la videollamada de El País. Está en su hogar de Manhattan mientras se prepara para la primera gira del quinteto por Latinoamérica; mañana hará escala en La Trastienda (entradas en Abitab, de $1900 a $2400). “La única vez que estuve en el continente fue en Costa Rica, pero ni siquiera fue para tocar: estuve de vacaciones en un descanso de las grabaciones de 69 Love Songs; habrá sido en 1998 o 1999”, dice.

Ese álbum triple, donde la dulce ironía se entrelaza con tintes de ternura y algunas letras autodespreciativas, fue uno de los últimos grandes proyectos musicales del siglo pasado. Se metió en unas cuantas listas de los mejores discos de la historia, dejó canciones imborrables como “The Book of Love” y “All My Little Words”, y consolidó a Merritt como una de las grandes mentes del indie pop.

A su vez, 69 Love Songs fue el proyecto que estableció la verborragia creativa de ese artista capaz de vestir sus canciones con instrumentos exóticos como la valiha, la kalimba y la ocarina. Es una postura artística que definió muy bien durante una entrevista para la revista Uncut en la que hablaba de los discos que lo marcaron. “Me gusta la música que lleva a un conjunto de ideas muy lejos y en cualquier dirección sin pedir disculpas”, dijo al momento de hablar Emperor Tomato Ketchup, de Stereolab.

Esa afirmación es la que dispara el inicio de esta nota. Luego de aquel largo silencio inicial y de su escueta respuesta — como si no hubiese necesidad de explicar lo que es natural—,

Merritt vuelve a hacer una pausa. “Es que no quiero ser como los Rolling Stones o Roxy Music y hacer discos que con sutiles diferencias de estilo”, explica. “Me gusta experimentar tanto como sea posible; disfruto de explorar y tengo la suerte de trabajar en sellos discográficos que me permiten fusionar cosas que parecerían sin sentido”.

El ejemplo más claro de esa libertad creativa es Quickies ,el álbum que publicaron en 2020 y que presentará mañana en La Trastienda. Son 28 canciones en 45 minutos y hay lugar para piezas de 17 segundos, títulos como “Las tetas más grandes de América”, “Cuando el mocoso de arriba se compró una batería” y “Un rapidito en el baño”, y geniales experimentos musicales como “El día que murieron los políticos” y “Kraftwerk en un apagón”. Es bueno eligiendo el título de sus canciones.

Pero si de experimentos se trata, 50 Songs Memoir —el álbum de 2017 para celebrar sus 50 años— se lleva el premio. Son, como adelanta el título, 50 canciones; una por cada año de vida. Es una brillante autobiografìa musical en la que destaca “’71: Think I’ll Make Another World”, donde narra el momento en que decidió dedicarse a la música. “Puedo decir: ‘Ey, esta mi canción’, / Puedo ver otro mundo, y puedo hacerlo con mis manos, /. ¿A quién le importa si nadie entiende?”, canta.

Al respecto, de esa letra, revela: “En realidad, yo nunca quise ser músico; quería ser cineasta pero me iba mucho mejor con la música. Entré a una escuela de cine y a nadie le gustaba mis cortos de cine mudo pero sí la banda sonora”. Así, casi sin buscarlo, apostó por la música y a inicios de los noventa creó a The Magnetic Fields. Entre 1991 y 1995 lanzó un disco por año hasta que 69 Love Songs (1999) cambió todo. “Todavía no puedo comprender el impacto de ese disco”, admite. “Pero lo que más me sorprende es que una canción como ‘The Book of Love’ sea cantada en la televisión danesa por un grupo de niñas de siete años”.

Ahora que está por presentarse en Uruguay y se embarcó en una gira que ya lo llevó a México y Chile, y que concluirá el sábado en Argentina, dice: “Durante la pandemia el ambiente de comunión de un show estuvo prohibido, así que volver a los escenarios y llegar a Latinoamérica nos tiene muy felices”.

La banda detrás de 69 Love Songs se presentará mañana en La Trastienda.

ESPECTÁCULOS

es-uy

2022-12-07T08:00:00.0000000Z

2022-12-07T08:00:00.0000000Z

https://epaper.elpais.com.uy/article/282218014823404

El Pais Uruguay