Esta es una gran semana para ser la boricua más argentina”, le dice, entre risas, Kany García a El País. Es el mediodía del jueves 12 de enero y la cantante puertorriqueña celebra que Argentina, 1985, la película en la que participa con la canción “Nunca más”, haya ganado el premio a la mejor película extranjera en los Globos de Oro. Pero esa es solo una de las buenas noticias que la acercan al país del Cono Sur: en unas horas lanzará una nueva versión de “Mi plan de vida”, de su disco El amor que merecemos (2022), grabada con Abel Pintos. “Me alegra mucho todas estas cosas lindas que crean puentes entre países latinoamericanos y que nos hacen tan bien”, comenta desde Puerto Rico.

La relectura de “Mi plan de vida”, que para el viernes 20 ya acumulaba 1,8 millones de reproducciones en Youtube, marca su reencuentro con el cantante de “La llave” y “Oncemil”. Ya habían trabajado juntos en “Aquí”, de 2016, que tuvo un videoclip filmado en Punta del Este, y la experiencia fue tan buena que García estaba esperando la oportunidad para reencontrarse con Pintos. Y “Mi plan de vida” fue la canción perfecta. “Cada vez que la cantaba me imaginaba la voz de Abel acompañándome, así que cuando me presenté en el Gran Rex en Buenos Aires lo invité a hacerla juntos. Cuando lo llamé me dijo: ‘Me encanta, me la aprendo’, y cuando la hicimos salió tan natural que me llamó para decirme que la quería grabar”, relata. “Es bien bonito cuando suceden esas cosas porque te das cuenta de que nada es forzado”.

Al respecto de la letra, que captura el concepto de El amor que merecemos, dice: “La letra es muy de actualidad porque cada vez más la gente quiere atarse menos a nada y prefiere opinar más de lo que vive el otro; por eso la canción arranca diciendo: ‘Voy a intentarlo aun cuando todos dicen que hemos perdido’. Escribí esa frase porque estamos acostumbrados a buscar relaciones de momento sin atarnos a nada”. —¿Cuál es la importancia de seguir cantándole al amor en un momento en el que hay tantas canciones que hablan de esas “relaciones de momento” a las que hiciste referencia?

—El hecho de que no se hable tanto de algo no quiere decir que esas conversaciones no se tengan que dar. Claramente, la música tiene un foco que se está moviendo y hay ciertos temas que perdieron protagonismo, pero es por eso que para mí es importante escribir canciones sobre gente que sueña con conectar con alguien. Lograr eso en tiempos de tanta soledad y de bombardeo del tipo de canciones que tú dices se vuelve demasiado necesario. Yo lo vivo en carne propia en mis conciertos, pero no solamente con el público; a veces llegas a tu cuarto después de cantar y necesitas tener a alguien con quien hablar para contarle todo lo que sentiste. Y si es eso es vital para mí, creo que también lo es para el resto. El disco El amor que merecemos me dio la posibilidad de tener 10 conversaciones sobre las relaciones con el otro y con uno mismo. La idea es que antes de abrir la puerta y salir a la calle, nos tomemos un tiempo para mirarnos y decir: “¿Quién soy? ¿Qué cosas me toca trabajar?”, y sobre eso salgamos al mundo a relacionarnos con el resto. Si todos trabajáramos en esos temas, las cosas cambiarían mucho. —Hablaste de la necesidad de generar conversaciones, y eso es justamente lo que sucede con “Nunca más”, de Argentina,

1985. “Nunca más, / Las calles del temor jamás, / Los ruegos de piedad”, dice la letra. ¿Qué valor le das a la música como espacio para generar conciencia? —Para mí es todo. Imaginate que es bien difícil cuando tengo que venir a Puerto Rico a marchar por cualquier cosa y me pienso: ‘Qué pena que no haya canciones que representen lo que estamos

La cantante también grabó “Nunca más” para la banda sonora de Argentina, 1985.

viviendo’. Hoy en día todavía es raro hablar de temas como el aborto, el machismo, la paga igualitaria en las canciones pero sí es común escuchar una canción sobre irnos de fiesta, tener el corazón roto o sentirnos felices. Entonces, ¿no es el momento de que cantemos sobre las luchas sociales y los derechos humanos? Creo que ese discurso es necesario y le da mucha credibilidad a mi camino como cantautora. Además, siento que la gente lo agradece mucho. Más allá de que esa no sea la canción con la que luego vas a defender tu álbum y que tal vez no esté entre las más escuchadas, cuando llega el momento de ir a los conciertos y cantas letras como “Nunca más” la gente las aplaude desde otro lugar; tocan una fibra muy diferente. Es por eso que siempre voy a buscar un hueco en mis proyectos para cantar canciones así.