Otro contribuyente defraudado | Montevideo @|

La Intendente de Montevideo opina con mucha frecuencia y en forma no siempre racional sobre la gestión que lleva a cabo el Gobierno Nacional. Hace manifestaciones de todo tipo, pero no aporta argumentos o explicaciones concretas. Utiliza calificativos como “sin rumbo”, responde evasivamente (“no sabe o no contesta”) y similares.

Si un contribuyente de la ciudad intenta un “balance” muy básico de su actuación al nivel que le corresponde, se aprecia que su espíritu democrático queda en duda; no concurre a llamados de la Junta Departamental; no se percibe diálogo con otros sectores políticos de su nivel. Y parece sustancialmente enfrascada en una campaña política electoral, de tipo personal, con miras a las próximas elecciones nacionales. Usa dineros públicos como si fueran propios (por ejemplo, reciente acto de homenaje a Lula).

Si uno mira la información disponible a nivel de la página web de la Intendencia, se constatan aspectos tales como:

1) Prioridades estratégicas de gobierno 2021-2025: “Sustentabilidad ambiental”.- “Promoción del empleo y de las fuentes laborales de calidad” “Movilidad conectada, fluida, inclusiva y saludable” - “Acciones para la igualdad de personas y colectivos vulnerados en sus derechos, para mejorar las condiciones de vida” .

2) “Igualdad de género como objetivo transversal en el Presupuesto y la planificación quinquenal”.

3) “La cultura como eje integrador”.

4) “La digitalización como proceso modernizador de la gestión”.

Todo genérico y alejado de la temática concreta de interés de los ciudadanos. Nada de esto se ve reflejado en información sobre logros alcanzados ni rendiciones de cuentas concretas. Todo queda en “discurso para la tribuna” y fuera de las competencias importantes y concretas de un gobierno departamental.

Y ni hablar de los casi 24.500 millones de pesos previstos como recursos propios (la mayoría provenientes de ingresos vehiculares, contribución, tasa municipal, tributos domiciliarios y tasa de saneamiento). Y el 85% del presupuesto de gastos destinado a “retribuciones personales” y “gastos de funcionamiento”. Solo algo más del 11% para inversiones. Y 8.482 funcionarios; “sin rumbo”, es poco.