El Pais Uruguay

Lacalle y la apelación reformista 2025

Desafía al FA a decir qué cambios no tendrían continuidad

JOAQUÍN SILVA

El presidente Luis Lacalle Pou defendió ayer todas las reformas estructurales que tiene en marcha el gobierno —o que ya aplicó en los tres años que lleva de gestión— apelando a la “continuidad” que tendrán en los años siguientes “gane quien gane” las elecciones del año que viene. “Y si no van a tener continuidad —desafió el presidente al Frente Amplio— estaría bueno saberlo, porque son reformas profundas, importantes, (para las que) hacen falta convicción, decisión (...) y coraje, y nosotros tuvimos el coraje que había que tener”. Asimismo, el mandatario dijo que este año priorizará la atención en salud mental y adicciones.

En momentos en que el oficialismo encontró un respiro de los constantes ataques de la oposición por el caso Astesiano —pero al mismo tiempo se ha registrado un crecimiento del Frente Amplio en las encuestas—, el presidente Luis Lacalle Pou salió ayer a defender todos los ejes de su gobierno.

Lo hizo, también, en tiempos en los que el gobierno viene buscando recuperar protagonismo en la agenda informativa e intentar “acelerar” y concretar sus principales líneas de gestión, ya entrando en la antesala de los lanzamientos de campañas que, como sugirió el presidente, se esperan para cuando “despunte la primavera”.

Y es un particular momento, además, en el que el Ejecutivo viene buscando —y seguirá haciéndolo por mucho tiempo— capitalizar al máximo la rebaja impositiva a los contribuyentes del IRPF y el IASS y el alivio tributario para pequeñas y medianas empresas, que el Parlamento ha aprobado —con el voto de todos los partidos— en las últimas horas.

El propio presidente, de hecho, hizo referencia a este tema, sabedor de que —más allá de las críticas que igualmente recibió de los frenteamplistas, que apuntaron a la baja “magnitud” de las medidas o a la cantidad de gente que no se verá afectada— la oposición quedó en una posición incómoda en el debate público.

“Por suerte se votó por unanimidad en el Parlamento —dijo Lacalle Pou—, porque la verdad que sería para el récord Guinness que no se vote por unanimidad una rebaja de impuestos en el país”.

El discurso de 43 minutos que dio ayer el primer mandatario —como orador del primer ciclo de eventos de este año de la Asociación de Directores de Marketing (ADM)— tuvo varios puntos de contacto con el que dio el pasado 2 de marzo ante la Asamblea General, pero en esta oportunidad —más libre del marco protocolar— interpeló directamente a la oposición, sobre todo por su rechazo a las reformas estructurales que Lacalle Pou pretende dejar como legado tras entregar su banda presidencial el 1° de marzo de 2025.

El presidente habló entonces de la “continuidad” que espera que tengan no solo esas transformaciones que por naturaleza se postulan de largo plazo, como la de la seguridad social o la educativa —la primera en plena negociación parlamentaria, la segunda comenzándose a aplicar en las aulas—, sino también gran parte del articulado de la Ley de Urgente Consideración —ratificada en las urnas el 27 de marzo pasado—, que abarcan desde “la regla fiscal, el régimen de adopciones (y) la libertad de trabajo”, tal como enumeró el jefe de Estado.

“Todas esas cosas van a tener continuidad y estoy hablando (para) después del 1° de marzo de 2025. Y si no van a tener continuidad —desafió el presidente— estaría bueno saberlo porque son reformas profundas, importantes, (para las que) hacen falta convicción, decisión (...) y coraje, y nosotros tuvimos el coraje que había que tener”.

En otro momento, en el espacio de las preguntas, Lacalle Pou subrayó que “estaba convencido” que “estas cosas, gane quien gane, no las van a cambiar”, y específicamente aseguró que, en su opinión, la oposición está “deseando” que el Parlamento aprueba la reforma jubilatoria para evitar lidiar con ese problema en un eventual futuro gobierno.

“Porque todos los que aspiran a ser gobierno —dijo—, la coalición o el Frente Amplio, van a estar aliviados, y los candidatos van a estar aliviados si se aprueba esta reforma de la seguridad social”.

También hubo espacio para un anuncio concreto, que vino a cuento luego de destacar —como lo ha hecho otras veces— el trabajo que lleva adelante el ministro de Desarrollo Social, Martín Lema, en la atención a los más vulnerables.

Ya pensando en la última Rendición de Cuentas para aumentar el gasto —aumento en el que ya se incluye la renuncia fiscal de US$ 150 millones implicada en la rebaja de impuestos—, el presidente adelantó, enfático, que identificó la necesidad de reforzar con recursos una nueva prioridad: la atención en “salud mental y adicciones”, el “gran desafío” que, dijo, tiene su gobierno por delante.

LAS SEÑALES. Como hilo conductor de un discurso que quiso ser al mismo tiempo de actualidad y de razonamiento político, el presidente volvió a recurrir a tres conceptos que formula como encadenados: la “esperanza” que entiende se produce en la gente a mediano plazo, posible gracias a la ratificación de la “confianza” otorgada a un gobierno —su gobierno—, fenómenos que en una dinámica de círculo virtuoso, terminan generando a su vez la “certidumbre” necesaria para continuar atrayendo inversiones al país.

Fue entonces que también dijo que Uruguay se encuentra en un “momento especial”, con señales particularmente alentadoras del sector empresarial, que también ven con buenos ojos la “historia democrática de Uruguay” y las costumbres que permiten, por ejemplo, que entre las mesas de la sala del Hotel Radisson estuvieran presentes el presidente de la coalición de izquierda, Fernando Pereira — que volvió a ser duro en sus críticas (ver aparte)— y el intendente frenteamplista Yamandú Orsi —la figura que hoy se proyecta como favorita a ganar la interna de su fuerza política.

“Si no va a haber continuidad estaría bueno saberlo”, dijo Lacalle sobre el FA.

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2023-03-16T07:00:00.0000000Z

2023-03-16T07:00:00.0000000Z

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