Con su tradicional tinte bohemio, casonas devenidas en reconocidos restaurantes, paredones que son lienzo para el arte callejero, lo último de moda y diseño, y sus calles aún empedradas de tanto en tanto, lo nuevo y la historia no dejan de mezclarse para hacer de Palermo Soho (lo que antes se conocía como Palermo Viejo) uno de los barrios más pintorescos de Buenos Aires.

Cool , trendy , vintage, son solo algunas de las palabras que locales y viajeros mencionan al hablar de la zona. Entre la mística de sus puntos históricos, Palermo corre al ritmo de cualquier barrio de las grandes ciudades del mundo y siempre tiene algo nuevo para ofrecer.

GASTRONOMÍA. Las propuestas gastronómicas abundan: hay muchas cafeterías de especialidad, algunas pequeñas, otras grandes, algunas con unos años de historia y otras nuevitas. Entre los hostels con fachadas coloridas y los hoteles de lujo, pueden encontrarse también varias panaderías (que se enfocan en la fermentación natural), casas de comida vegetariana, vermuterías y más.

Si uno se detiene sobre la calle Guatemala —justo en el medio entre Gurruchaga y Jorge Luis Borges— verá dos restaurantes repletos, dos esquinas siempre con personas a la espera de un lugar para instalarse.

De un lado, está la parrillada Don Julio, con un segundo puesto en la lista por The World’s 50 Best Restaurants en 2022 de Latinoamérica y en 2021, número 15 en el mundo.

Los reconocimientos explican por qué tanto argentinos como extranjeros son capaces de aguardar hasta dos horas en la puerta para conseguir una mesa. La demora varía según días y horarios, pero para amenizar la espera, los anfitriones reciben a los comensales con agua o espumante de cortesía.

Del otro lado, sobre la calle que lleva el nombre del reconocido escritor argentino, está El Preferido de Palermo. El restaurante ofrece comida de bodegón, pero con un nivel de detalle y calidad que, en pocos años, lo llevó a ser considerado

El restaurante que visitó Messi era y es de los más buscados por los turistas.

uno de los mejores lugares para comer en Buenos Aires.

Funciona, desde 2019, donde antiguamente había un almacén. También integra la prestigiosa lista internacional, junto a Don Julio, en su caso en el puesto número 22. Los tiempos de espera por una mesa también varían según el día y la hora, pero la buena noticia para los uruguayos es que —con el tipo de cambio— comer en uno de estos reconocidos restaurantes con entrada, bebida, plato principal y postre, requiere un desembolso de $ 1.000 a $ 2.000 por persona (pesos uruguayos), cifras muy por debajo de la media al tratarse de reductos gastronómicos tan bien posicionados en lo internacional.

En El Preferido de Palermo, para tener una idea, por una entrada de fainá con provolone, dos tragos, agua sin gas, un bife angosto mariposa para compartir, más una guarnición de boniatos al horno a carbón, el desembolso fue de 17.930 pesos argentinos (al cambio actual, menos de US$ 50).

En Don Julio, más alborotado que de costumbre en los últimos días por la reciente visita del campeón del mundo Lionel Messi, un bife de chorizo ancho, por ejemplo, vale unos 13.800 pesos argentinos, un trago ronda los 1.300, hay quesos a la parrilla a partir de 3.500, y guarniciones desde los 1.500 pesos (todo en moneda argentina).

ARTE. Los coloridos murales están presentes en todas las cuadras. En casas, paredones de edificios, negocios. Es un lindo recorrido para hacer a pie y también en bicicleta (pueden alquilarse en varios puntos del barrio).

El arte está por todos lados, pero hay un par de callecitas que son visita obligatoria, como Santa Rosa. Entre Gurruchaga hasta Thames, por ejemplo, pueden apreciarse murales, muchos graffitis y pósteres ideales para fotografiar.

HOSPEDAJE Y CÓMO IR. Si el plan es hospedarse en Palermo, las opciones son variadas: desde hostels, pasando por apartamentos, hasta elegantes hoteles. Los precios dependerán de la elección.

Para llegar a Palermo Soho desde microcentro, por ejemplo, sirve la línea D del subte, que para en la estación ubicada en Santa Fe y Juan B. Justo. El valor del boleto ronda los 50 pesos argeninos y se circula con la tarjeta SUBE (los extranjeros pueden adquirirla en los Centros de Atención al Turista de Buenos Aires). Taxis o autos se consiguen a través de aplicaciones y también son una buena opción. Según el horario y el tránsito que haya, desde la zona del Obelisco, por ejemplo, hasta Palermo Soho, el viaje ronda un monto de 1.500 argentinos.