Natalie Pérez sonríe mientras recuerda el show que ofreció en noviembre en Uruguay. “Fue hermoso”, dice desde Buenos Aires en una videollamada con El País. “Yo tenía fiebre ese día y me sentía muy mal, pero la energía de la gente fue tan grande que terminó siendo una fiesta caliente. El público de Uruguay siempre me recibe con mucho cariño”.

Aquella noche, la cantautora y actriz argentina llegó a la Sala del Museo para presentar Detox, su segundo disco, con entradas agotadas. Era su reencuentro con su público de Montevideo luego del recital que compartió, en 2018, con Ángela Torres en La Trastienda. Sobre esa primera visita, comentó: “Ese día hubo algo energético muy power; puedo cerrar los ojos y volver a ver esa Trastienda llena de gente, con una onda espectacular”.

Y ahora, durante la gira virtual de prensa por el lanzamiento de su nueva canción (“TQT”), aprovecha la ocasión para anunciar su regreso a Montevideo: el viernes 17 de noviembre presentará su inminente tercer disco en La Trastienda. Aún no están a la venta las entradas, pero los interesados ya tienen agendada la fecha.

“Antes de La Trastienda voy a estar en el Gran Rex de Buenos Aires”, promociona. “El recital es el 9 de setiembre, así que si quieren cruzar el charco, pasear por la Calle Corrientes y venir, están bienvenidos. Va a ser un tremendo show”.

Pérez, que lanzó su carrera musical en 2017 con “Algo tiene”, atraviesa un momento bisagra. Está a punto de publicar su tercer álbum y se despide de Detox, el disco de 2020 que marcó la expansión del universo de Un té de tilo, por favor, su debut, de 2018. En ese primer trabajo, la cumbia y las baladas tuvieron el protagonismo, mientras que en el segundo se animó a la rumba, el rock, y hasta el reggaetón.

De este estilo musical nació “Detox”, que le da nombre al álbum, un hit sumamente bailable (tiene 53 millones de reproducciones en Spotify) que habla de la necesidad de terminar con una relación conflictiva. “Suéltate, ya es tiempo de un detox (...) / No le temas a la soledad, no es tan mala”, dice la letra.

En ese disco también estaba “Varada en Villa”, una canción escrita durante la cuarentena obligatoria que se vivió en Argentina en 2020, que incluye una frase capaz de resumir su paso de la actuación a la música. “Los que saltan, a los que miran / No tienen nada que explicar, / Yo me anoto en ese grupo, / Porque a mí me gusta saltar”, canta Pérez, que debutó en Chiquititas y trabajó en ficciones como Graudados, Las estrellas y Casi Feliz.

“Siempre que uno hace algo, tiene la posibilidad de equivocarse”, dice sobre esa frase de “Varada en Villa”. “Pero parte de nuestra construcción tiene que ver con eso: equivocarse, aprender de los errores y reinventarse”.

En ese sentido, la música es clave durante el proceso. “Para mí es una terapia”, asegura. “Componer es mi juego favorito y aunque me podía quedar con el Candy Crush o el Counter Strike, prefiero jugar con mi guitarra, soñando cosas y diciendo cosas que no pude decir de otra manera. Obviamente, de las miles de canciones que hago después funcionan tres, porque a veces estoy enojada con mi perro porque ladra y le hago una canción; capaz no sirve para nada, pero es un buen ejercicio”.

Bajo esa dinámica nació “TQT”, su nuevo sencillo, que salió a principios de mes y ya acumula 306.000 reproducciones en Spotify. “Estaba en una mesa de composición y mientras hablaba con mis compañeros, decía: ¿Está bien o está mal que me guste tanto esta persona?’”, relata. “Era un ping-pong sobre un montón de cosas, como que me vaya de joda todos los fines de semana o que tenga muchos novios. La charla siguió hasta que agarramos la guitarra y empezamos: (canta) ‘Está bien o mal que siempre me olvido lo que tengo que buscar’. Empezó como una joda y, de repente, empezamos a buscar las palabras que iban a acompañar la melodía”.

Producida por Mariano Otero, un bajista de renombre en la escena del jazz argentino, Pérez decidió vestir a “TQT” —que significa “Te quiero tanto”— con arreglos de cumbia al estilo de Un té de tilo, por favor. “Tenía ganas de volver al sonido de ‘Algo tiene’ y ‘Quisiera’, que es un tipo de cumbia que me encanta”, explica. “Tiene algo moderno y algo orgánico porque no quería que se perdiera la sensación de que hay gente tocando música. Tiene groove y no es solamente una máquina”, define.

Ese interés por fusionar estilos está presente en todos sus lanzamientos desde Detox. En “Consuelo”, por ejemplo, presenta una bachata en la que juega con una melodía sintetizada que parece bailar sobre la pegadiza base del ritmo caribeño. Algo similar sucede con “De fiesta”, donde la cumbia y el reggaetón se entrecruzan sobre un percutivo rasgueo de guitarra acústica.

Esas canciones, al igual que “TQT”, serán parte de su tercer álbum, que, según le cuenta a El País, se editará a principios de agosto a través de Warner Music Argentina. Cuando se le pregunta si existe un diálogo entre temas, hace una pausa y responde: “El nuevo disco representa todo lo imposible, todo lo

“El público de Uruguay siempre me recibe con mucho cariño”.

“Mi nuevo disco representa todo lo imposible”, dice la cantautora.

que no pudo ser y todos mis amores”.

Ahora que falta poco para su nuevo álbum y que tiene dos grandes fechas agendadas —el Gran Rex en Buenos Aires y La Trastienda en Montevideo—, Pérez habla de sus deseos para lo que queda del año: “Me gustaría hacer una gira por Argentina y viajar a otros países; esos son mis little dreams. Dar unas vueltitas con la música estaría buenísimo”.