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Tina Turner. La frenética reina del rock muere a los 83 años

A los 83 años falleció ayer Tina Turner, una de las grandes estrellas de la historia del rock and roll: la de la voz y las piernas inigualables, la que atravesó el dolor y se convirtió en ícono

BELÉN FOURMENT

Era las piernas sólidas e inmutables, esculpidas con sencillez, macizas; una declaración de principios. Era la melena salvaje, de ondas como llamaradas laxas, gruesas. Era la sonrisa ancha, llena de dientes, de una picardía resistente. Era la voz: todo ese cuerpo fuerte y curtido, añejo y oscuro, carnoso y sangrante, de boxeador y de pantera y de tornado, que irrumpía apenas abría la boca para soltar la primera nota. Era el brillo pero también la herida, la entereza monárquica, la musculosa sensualidad, el sudor.

Tina Turner murió ayer a los 83 años, consagrada como la reina del rock and roll, alejada de los escenarios y recluida en su casa de Kusnacht, en Suiza. Transitaba “una larga enfermedad”, informó su vocero en un escueto comunicado.

Había nacido como Anna Mae Bullock y para cuando irrumpió en la escena musical, en 1958, atendía como Little Ann. En ese año y con ese nombre grabó por primera vez: hizo voces secundarias en el sencillo “Boxtop” de Ike Turner, el hombre que le daría vuelta la vida.

Se conocieron hacia fines de la década de 1950; Ike, que era músico y pionero del rock and roll y el rythmy and blues (y que murió en 2007 por una sobredosis), vio en ella la potencia de una marca, la moldeó a su antojo, se hizo su dueño.

La renombró Tina y selló un dúo profesional y personal —Ike & Tina— que iba a durar 20 años.

A canciones del dúo como “A Fool In Love”, un éxito inmediato, le siguieron “It’s Gonna Work out Fine”, “River Deep – Mountain High, “Nutbush

City Limits”, “Proud Mary” y así. Fue una escalada a la fama que tuvo el mismo vértigo que la caída: puertas para adentro, la triunfal vida de Tina Turner era un infierno de violencia, maltrato, abuso.

Se separaron tras una pelea que la dejó, el 4 de julio de 1976, con la cara partida y unas monedas en el bolsillo. Tenía cuatro hijos (dos biológicos, dos adoptados), había estado casada desde 1962 y logró el divorcio en 1978; recién hizo pública su historia tres años después.

En uno de sus libros de memorias, My Love Story de 2018, escribió: “Mi relación con Ike estaba condenada al fracaso el día en que se dio cuenta de que yo iba a ser su fuente de ingresos”. Y también: “Me arrojó en una ocasión café caliente a la cara, provocándome quemaduras de tercer grado. Usó mi nariz como un saco de boxeo tantas veces que podía sentir el sabor de la sangre corriendo por mi garganta cuando cantaba. Me rompió la mandíbula, y ya no podía recordar lo que era no tener un ojo morado”.

Del intento de suicidio que tuvo durante sus años junto a Ike, y de las tortuosas vivencias, volvió a dar cuenta en el documental Tina ,de 2021 y disponible en la plataforma de streaming HBO Max. Fue su despedida del público, y otra muestra de cómo las secuelas de aquellos años, las psicológicas y emocionales, la acompañaron toda una vida. De los bienes comunes y la fortuna cosechada en 16 años de matrimonio y sociedad creativa, Tina Turner solo conservó el apellido.

Fue la base de una reinvención lenta que la tuvo 10 años en un derrotero amargo; no se le abren fácil las puertas a una mujer quebrada, sola, negra y al borde de los 40.

Pero Tina Turner era, más bien, una fuerza natural. Una fiera.

Estaba en Europa cuando un productor decidió apostar a su regreso. Así, en 1984, grabó en Inglaterra el disco que la iba a convertir en una de las grandes estrellas de la historia del rock and roll.

Una sofisticación animal, una sensualidad que puede trascender lo femenino, lo masculino, lo terrenal; una visceralidad refinada, un dolor silvestre. De eso está hecho Private

Dancer, del tipo de voz que cuando suena así, como en esas canciones, suena más bien a la voz definitiva. En tiempos de los arrolladores

Purple Rain de Prince y Born in the U.S.A. de Bruce Springsteen, aquel álbum de Turner fue un bombazo. Lideró el ranking Billboard durante semanas, vendió 10 millones de copias y ganó cuatro premios Grammy, incluyendo el de grabación del año para “What’s Love Got to Do with It”.

Un año después, Turner le dio dos temas (y un personaje) a la película

Mad Max 3, más allá de la cúpula de trueno: la memorable “We Don’t Need Another Hero”, nominada al Globo de Oro a mejor canción original, y “One of the Living” que también tuvo sus lauros. Cerró el más triunfal de los regresos con los discos

Break Every Rule (1986) y Foreign Affair (1989), que la llevaron a los noventa como una diva, como un ícono. El resto, incluyendo el ingreso en 2021 al Salón de la Fama del Rock and Roll, solo fue reafirmación.

“Era verdaderamente una intérprete y cantante de enorme talento. Era inspiradora, cálida, divertida y generosa”, dijo Mick Jagger tras conocerse la noticia de su fallecimiento. “Me ayudó mucho cuando era joven, y nunca la voy a olvidar”.

Única solista en haber llenado el Maracaná de Río de Janeiro con un concierto, se retiró de la vida pública en 2013 y se quedó allí, en Suiza, la tierra calma que había elegido hacía ocho años. Se casó ese mismo año del retiro con Erwin Bach, el ejecutivo discográfico con el que compartió casi 40 años. Fue un amor fuerte, privado, de bajo perfil.

Budista y amante del baile, tuvo cáncer en 2016, recibió un transplante de riñón en 2017 (el donante fue su marido) y en 2018 enfrentó el suicidio de su hijo mayor, Craig.

“Mi vida ha sido plena, pero con muchos momentos tristes, que ahora perdono y me esfuerzo por olvidar”, dijo este año a la revista Vogue, en la última entrevista que concedió. Ella, que cantó el rock como pocas, que se hizo una con el soul, que aprendió a renacer, lo resumió así: “Tal vez esa sea la respuesta: seguir adelante, dejarse llevar y aspirar a llenar tu vida de amor. Ahí es donde estoy ahora”.

“Aspirar a llenar tu vida de amor. Ahí es donde estoy ahora”, dijo Turner en la última nota que dio.

“Era inspiradora, cálida, divertida y generosa”, la recordó Mick Jagger. “Nunca la voy a olvidar”.

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2023-05-25T07:00:00.0000000Z

2023-05-25T07:00:00.0000000Z

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