El Pais Uruguay

PEÑA: HAY “URGENCIA AMBIENTAL”

●●● se realiza de manera automática a través de máquinas programadas. Comienza con la recepción de los lixiviados, un líquido negro que es canalizado a través de cañerías subterráneas de toda la usina e impulsado hacia dos piletas de tratamiento. En ellas, a través de procesos químicos, se altera su composición y se redirige hacia otra bomba, que lo conduce a la red de saneamiento.

Por otra parte, el gas metano es capturado a través de cañerías y dirigido a una gran torre en donde es transformado en dióxido de carbono, un gas que también es de efecto invernadero pero de menor impacto ambiental.

El Ministerio de Ambiente tiene encaminado un proyecto para transformar parte de esta basura, y de la que genera Canelones, en combustible metanol para motores de navegación y en el que está involucrada una empresa norteamericana. El tema está sobre la mesa, pero ahora la IMM evalúa su viabilidad, dicen a El País fuentes del gobierno, ya que es un actor central que debe dar el visto bueno.

El director de Limpieza de la Intendencia de Montevideo, Ignacio Lorenzo, destaca que la habilitación ambiental que recibió Felipe Cardoso en diciembre de 2021 consolida un “hecho histórico” para Uruguay porque lo posiciona como uno de los países de América Latina que tiene más avanzada la gestión de metano en rellenos sanitarios.

La mayoría de los sitios de disposición final del país no cuentan con la tecnología de Felipe Cardoso. Sin el tratamiento de un relleno sanitario, los lixiviados se filtran al suelo y el metano se libera a la atmósfera. En Uruguay solo hay operativos seis rellenos sanitarios que están ubicados en Montevideo, Maldonado, Rocha, Florida, Fray Bentos y Paso de los Toros.

El Plan Nacional de Gestión de Residuos detalla que estos seis rellenos representan el 65% de los residuos con destino a disposición final en el país y que, en contraste, en el interior “proliferan” los vertederos controlados (una categoría intermedia respecto al relleno sanitario) y los vertederos a cielo abierto o no controlados. En el país hay 60 sitios de disposición final operando “en condiciones inadecuadas o parcialmente adecuadas”.

Marisol Mallo, gerente del Área de Información, Planificación y Calidad Ambiental del Ministerio de Ambiente, explica que en la gran mayoría de los sitios de disposición final hay problemas operativos porque no tienen control de ingreso, de voladuras ni de olores y no tienen maquinaria disponible, por lo que generan “importantes” impactos ambientales. “Esta es la situación que el Ministerio de Ambiente quiere eliminar”, plantea.

Mallo considera que parte del problema está en que las intendencias “no tienen previsto en sus presupuestos los recursos suficientes como para cubrir la brecha entre la situación actual y lo que debería ser”. Según consigna el plan nacional, las intendencias destinan en promedio un 5% de su presupuesto total a la gestión de los residuos, del cual 85% corresponde a recolección y transporte y 15% a disposición final.

Parte del trabajo que hace el Ministerio de Ambiente es coordinar con las intendencias la posibilidad de hacer mejoras en las inversiones y en la operativa de la gestión de los residuos.

Una de las estrategias previstas es aunar esfuerzos entre más de un departamento para compartir un mismo sitio de disposición final. Este es el caso del proyecto que ya está avanzado entre Rivera y Tacuarembó. El director de Desarrollo y Medio Ambiente de Rivera, Alejandro Bertón, puntualiza que se trata de una iniciativa privada que propone construir un relleno sanitario en la ruta 5, a mitad de camino entre las dos capitales para facilitar el transporte. Se trata del primer proyecto regional en la historia del país.

“Si es económicamente viable el costo por tonelada de basura, en seis meses se puede construir el sitio”, pronostica Bertón y estima que la obra podría quedar pronta para 2024.

LAS METAS. El ministro de Ambiente, Adrián Peña, dice a El País que en Uruguay hay “un atraso impresionante, un letargo muy grande en materia de gestión de residuos” y que por eso durante un año se trabajó con las intendencias, entre otros actores, en el Plan Nacional de Gestión de Residuos. Uno de los objetivos fijados por el Ministerio de Ambiente para disminuir el impacto ambiental que generan los residuos es reducir la cantidad de basura que tiene como destino los sitios de disposición final. Dicho de otra manera, buscar alternativas de valorización de los residuos.

Esto implica, a grandes rasgos, dos cambios: que la población esté dispuesta a clasificar sus residuos y que las intendencias cuenten con infraestructura para recolectar en forma diferenciada esos residuos ya clasificados.

En todo el país hay 60 sitios de disposición final “en condiciones inadecuadas”, afirman las autoridades.

El plan nacional denominado “+ Circular” expresa la necesidad de que exista un cambio de paradigma en el que se comprenda que lo que vemos como un desperdicio es en realidad un recurso. El plan propone como primer paso “minimizar su generación” de modo tal que, cuanto menos residuos haya para gestionar, menor será su impacto ambiental.

Respecto a los sitios de disposición final, el plan se traza tres objetivos: en 2025 haber “eliminado” los vertederos a cielo abierto no controlados, en 2027 que todos los sitios de disposición final “se encuentren en condiciones ambientales adecuadas y cuentan con captura y quema de metano” y en 2032 que la disposición final “ya no sea la base de la gestión”.

Según Peña, hay una “urgencia ambiental” y por eso pidieron ayuda a Economía para cerrar los vertederos en el interior del país.

RECOLECCIÓN DIFERENCIADA. Aunque vienen en aumento, “los sistemas de recolección selectiva en la mayoría de los departamentos aún son una práctica incipiente”, dice el plan nacional. Las localidades que cuentan con estos sistemas recogen los residuos ya separados a nivel domiciliario bajo distintas modalidades entre las que se destacan tres: la recolección puerta por puerta, los puntos de entrega voluntaria y los contenedores diferenciados. Luego se gestiona su traslado a plantas o unidades de clasificación.

En Montevideo, entre los programas de recolección diferenciada se encuentra la entrega de bolsones en edificios y complejos de viviendas. Según explica Lorenzo de la IMM, la mayor ventaja de los bolsones es el alto nivel de recuperación que se constata en las plantas de reciclado, que alcanza el 95% de lo depositado, en contraposición al 40% que se obtiene del contenido de los contenedores específicos colocados en el Municipio B: “Esto es porque con el plan de bolsones se trabaja con los vecinos con herramientas de educación ambiental vía zoom, con afiches, se le da un contexto, se le explica que tienen que estar limpios, secos y compactados. Distinto es en la vía pública”.

En Montevideo también opera el plan de gestión de envases que recoge lo depositado en los contenedores ubicados en los supermercados, los lleva a plantas de clasificado y los comercializa para que estos materiales puedan entrar en el proceso de reciclado. En 2021 este programa recuperó 800 toneladas de materiales reciclables.

Tras el rechazo del préstamo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) por parte de la Junta Departamental de Montevideo, la intendenta Carolina Cosse anunció que el nuevo plan de gestión de residuos de la comuna incluirá la colocación de contenedores para residuos reciclables y no reciclables en complejos habitacionales, con el objetivo de empezar a quitar paulatinamente los contenedores de las veredas en las que están esas viviendas.

Además, enviará un proyecto al legislativo departamental para crear un impuesto a las grandes empresas generadoras de basura, para contar con más fondos e incentivar así que se generen menos residuos.

Los departamentos que tienen recolección diferenciada, además de Montevideo,

son Canelones, Maldonado, Rocha, Flores, Tacuarembó y Rivera. El que tiene más diversidad en sistemas de recolección es Canelones, que cuenta con un plan de doble contenedor intradomiciliario para zonas de Ciudad de la Costa y la ciudad de Canelones, además de puntos de entrega voluntaria para residuos vegetales y voluminosos.

El departamento que tiene mayor alcance en recolección de residuos puerta por puerta es Rivera que, según relata Bertón, cuenta con una recolección selectiva que pasa una vez por semana por el 100% de las casas de la ciudad.

Salto y Río Negro tienen un sistema de recolección diferenciada solo para los comercios y Florida cuenta con una planta especializada en la que los residuos no valorizables son compactados y embolsados, para luego ser enterrados en formato de cápsulas.

Ahora bien, resulta claro que, para mejorar la gestión de los residuos, es tan necesaria la buena disposición de los habitantes como la capacidad de infraestructura y gestión de los gobiernos locales. De nada sirve el esfuerzo de clasificación si el destino de toda la basura es el mismo y menos sirve la recolección diferenciada si la población no está dispuesta a clasificar. Para cumplir con estas premisas es necesario educar a la gente en temas ambientales, conquistar su constancia y dotar a las intendencias de recursos para que puedan actuar.

Desde el Ministerio de Ambiente entienden que esta transición requiere el compromiso de todos los agentes: empresas, gobiernos, organizaciones y consumidores.

Pero, claro, la gestión de los residuos domiciliarios es solo una parte del problema: representa en cantidad de peso solo el 36% de los desechos, junto con los comerciales, por un total de 1,5 millones de toneladas anuales a nivel nacional. Un 39% corresponde a residuos industriales, el 21% a obras de construcción y un 4% a residuos especiales entre los que se incluyen, por ejemplo, los residuos electrónicos que suman 40.000 toneladas por año. La gestión de todos ellos requiere de educación, voluntad y mucho dinero. Y eso no siempre está, por supuesto. el planeta. El problema es que si estos gases aumentan en cantidad excesiva, la atmósfera terrestre retiene aún más calor y eleva su temperatura.

El Plan Nacional de Gestión de Residuos señala que los rellenos sanitarios “reducen las emisiones directas de gases de efecto invernadero cuando se captura metano” y cuando se genera energía “que sustituye otras fuentes provenientes de combustibles fósiles”. Federico Baráibar, asesor del Ministerio de Ambiente, explica que el daño al ambiente no es algo que vayamos a ver en un futuro sino que ya está acá y lo estamos viendo: “Tener que generar esa montaña de residuos habla de lo ineficientes que somos en el abastecimiento de productos para satisfacer nuestras necesidades”. Baráibar asegura que, incluso por más que los rellenos sanitarios sean buenos, siempre hay fugas al sistema. Dice que una forma sencilla de dimensionar la magnitud del problema es ir a playas que no sean contempladas en los barridos de las intendencias. “Sin duda vas a encontrar algún plástico; es omnipresente”, avisa.

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2022-05-14T07:00:00.0000000Z

2022-05-14T07:00:00.0000000Z

https://epaper.elpais.com.uy/article/281569474326204

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