“La negativa de Francisco Bustillo, en marzo de 2021, a abrir una investigación ante la denuncias por acoso por parte de 70 mujeres diplomáticas representó, para Carolina Ache, el inicio de una relación “diplomáticamente hostil” con el actual canciller. Así lo contó el viernes la exsubsecretaria al exponer sobre política exterior en un acto de la agrupación colorada Pluralistas, y donde fue consultada sobre su pasaje por Cancillería. Ache lamentó allí la sorpresiva renuncia de Ernesto Talvi, del cual marcó la impronta opuesta con el que fue su sucesor. “Hubiese sido un gran canciller”, aseguró. “Hubiese preferido que se quedara”.

Ache fue consultada por los presentes sobre la polémica en que se vio envuelta en torno al pasaporte concedido al narcotraficante Sebastián Marset, y que terminaría significando su salida del cargo. Según respondió, está “absolutamente probado” que no tuvo nada que ver un con un trámite sobre el que, por otra parte, no tenía ninguna competencia.” Ache considera que “hubo una intención de encapsular” en ella toda la responsabilidad política. Tal vez, reflexionó, porque era “más fácil” políticamente. “El que renuncia siempre tiene la culpa” ironizó, al explicar que su salida del cargo a fines del año pasado tuvo el objetivo de “descomprimir” una compleja situación política en el Partido Colorado. Ache deberá declarar por el caso ante Fiscalía el mes que viene. Allí, prometió, “finalizará” su silencio. “Allí se verá cómo sucedieron realmente los hechos”, aseguró.

Ache agradeció en ese sentido el respaldo que le brindaron sobre el tema algunos dirigentes. Entre ellos destacó el “señorío” con el actuó, dijo, el exsenador Pedro Bordaberry. Una manera muy diferente, apuntó, de la “poca dignidad” que, afirmó, exhibieron algunos dirigentes actuales de su propio partido.