El Pais Uruguay

Cultura Lali

La contratación que hizo la Intendencia de Montevideo de dos artistas extranjeras por más de 300.000 dólares merece ser analizada en sus distintas implicancias. Para empezar, constituye un nuevo ejemplo de la adicción al gasto de una administración que extrae del contribuyente dos millones de dólares por día y no los devuelve en calidad y amplitud de servicios, como debería. Pero esto ya no es sorpresa. Si algo caracteriza a la ingeniera Cosse a lo largo de su trayectoria política es la discrecionalidad dispendiosa con que maneja los recursos públicos; desde el inefable Antel Arena que triplicó el presupuesto anunciado, hasta la reciente visita del presidente de Brasil y su acto político de costo millonario con merchandising incluido, pasando por una generosa donación de camisetas estampadas para la campaña del Sí.

En este caso en particular y oficiando como intendente interino, el jerarca Federico Graña se ha expresado en los informativos con sarcasmo hacia quienes, según él, no valoran debidamente la importancia de la cultura. Y la verdad es que ese comentario solo puede producir indignación.

Porque más allá de algún fundamentalista de las redes, nadie niega la trascendencia de que la Intendencia de Montevideo, como las de todo el país, realicen acciones de fomento cultural. La de la capital puede enorgullecerse de contar con una institución de primera línea, como es la Comedia Nacional, fundada en 1947 por el intelectual y político batllista Justino Zavala Muniz. Otro tanto puede decirse de la Orquesta Sinfónica Municipal creada en 1958, que hacia 1990 Federico García Vigil relanzó como Filarmónica de Montevideo. Estas instituciones departamentales, al igual que museos de gran importancia como el Cabildo y el Blanes, están unidas a la mejor tradición del país y felizmente han sobrevivido a los cambios de partidos en el gobierno.

La pregunta que tenemos derecho a hacernos los montevideanos (habituados ya a la voracidad recaudadora en forma de contribución inmobiliaria, patente de rodados y multas), es si debe enmarcarse en la misión de la política cultural pública contratar por un importe multimillonario a una cantante argentina de moda que entona en sus letras cosas como “cómprame un brillito, co-cómprame un brillito” o “con este culo, culo, culo, voy a baila-la-la-la-lar”.

Los entusiasmados jerarcas frenteamplistas aclaran que será recuperado “en parte” con la venta de entradas y la publicidad de patrocinadores. Pero seguimos teniendo derecho a preguntarnos: ¿esa es la misión de una administración departamental, jugar al riesgo del empresario privado con dineros públicos? ¿Dónde se ha visto semejante temeridad? En esto estamos de acuerdo con los que braman en las redes sociales: invertir tal volumen de dinero en una cantante extranjera que no se caracteriza por su idoneidad artística, sino más bien por su mera popularidad, es un insulto a montevideanos a quienes se exprime con impuestos que de un año al otro suben un 60%, y más aún, a los que no reciben, en zonas vulneradas, los servicios esenciales que merecen para vivir dignamente.

Tal vez demostrando su ignorancia, el jerarca Federico Graña ha dado a entender además que quienes criticamos este despropósito no valoramos la política cultural. Nada más falso. Es bueno que se entere que desde 2020, el Ministerio de Educación y Cultura otorga

Invertir tal volumen de dinero en una cantante extranjera es un insulto a montevideanos a quienes se exprime con impuestos que de un año al otro suben un 60%, y más aún, a los que no reciben los servicios esenciales.

Fondos Concursables por estricto concurso, por montos nunca antes alcanzados en la historia del país. Ha puesto al día los Premios Nacionales de Literatura, que estaban atrasados un año por impericias de los gobiernos anteriores. Ha reactivado los Fondos de Incentivo Cultural, que en el ciclo frenteamplista se habían suspendido por oscuros faltantes de dinero. Ha inaugurado decenas de Centros Culturales Nacionales en los 19 departamentos. Ha editado numerosos libros de artes visuales, poesía y teatro de autores compatriotas que permanecían inéditos desde hacía años. Ha organizado centenares de talleres gratuitos de creación artística y financiado giras de espectáculos uruguayos en todo el país. Ha dado un impulso fenomenal a la internacionalización de nuestra cultura, invitando a programadores extranjeros al Festival de Artes Escénicas y llevando delegaciones nacionales a la Bienal de Venecia, las Ferias del Libro de Buenos Aires y Guadalajara, el Festival de Teatro de Almagro y tantos otros destinos.

Eso es fomentar la cultura, no malgastar el dinero del contribuyente en una diva extranjera que se menea cantando “cómprame un brillito”.

EDITORIAL

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2023-03-17T07:00:00.0000000Z

2023-03-17T07:00:00.0000000Z

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