Educación: “Hay que juntarse...”
Alo largo de su extensa actividad política, el expresidente José Mujica tuvo dos intervenciones muy precisas sobre el tema de la educación en el país. La primera fue ante la Asamblea General al momento de asumir como Presidente de la República, cuando dijo: “Permítanme un pequeño subrayado: educación, educación, educación. Y otra vez educación. Los gobernantes deberíamos ser obligados todas las mañanas a llenar planas, como en la escuela, escribiendo cien veces: ‘Debo ocuparme de la educación’”. Una impresionante ovación saludó sus palabras.
La segunda fue cuando tras cinco años al frente del gobierno entregó la banda presidencial a Tabaré Vázquez. Como Presidente había conocido la realidad y su pensamiento se había transformado en el tema educativo: mantenía aquella aspiración, pero ahora la prioridad era “hay que juntarse y hacer mierda a los gremios (de la enseñanza); no queda otra. Ojalá logremos sacarlos del camino”. Solo le faltó recomendar a los gobernantes de turno que hagan otras planas bien realistas sobre qué hacer con los gremios de la enseñanza y así algún día se podrá soñar con la educación, educación y otra vez educación. Los niños, los jóvenes, los padres y la sociedad toda.
Obviamente que estas reflexiones vienen porque otra vez, ahora el miércoles 22, no habrá clases en los liceos. La bandera que han levantado los docentes es su (habitual) oposición a la transformación educativa que impulsa el gobierno. La reforma (que promueve el gobierno) atenta según ellos “contra la formación integral y la continuidad educativa de las futuras generaciones al prohibírseles intencionalmente el acceso democrático al conocimiento”.
La verdad es que no parece que la forma que tiene un profesor para defender la enseñanza (si hay que defenderla), sea dejar a los estudiantes sin clase. Si poco sabían, menos van a saber ahora.
Estas cosas hacen daño, pero los docentes se regodean una y otra vez con dejar a miles y miles de jóvenes sin clases. Tendríamos que empezar por plantearnos un par de preguntas: ¿quién educa o educó a los educadores? ¿Qué enseñan ellos?
El Frente Amplio, en sus pasados 15 años de gobierno intentó —por lo menos algunos dirigentes— promover cambios para mejorar el nivel de la educación, pero fracasó indefectiblemente porque eso significaba un enfrentamiento con el movimiento sindical y su socio el Pit-cnt no estaba de acuerdo. Entonces optó siempre por recular, aunque el precio fueran los alumnos, antes que hacerse respetar.
Un episodio ocurrido en la época de Mujica presidente describe perfectamente las cosas: ante la pérdida de 14 días de clases por movilizaciones docentes, Mujica expresó que “hemos perdido varios días de clase que inequívocamente habrá que recuperar, porque los muchachos no deben perder algo que es un esfuerzo global que paga toda la sociedad”. La respuesta la tuvo casi de inmediato por parte del secretario de la Coordinadora de Sindicatos de Enseñanza, José Olivera: “Los dichos del presidente no pasan de ser una expresión de deseo”. Chau Mujica
El remate de ese proceso ocurrió en la segunda presidencia de Vázquez. Apenas asumió decidió cumplir su promesa electoral de cambios (y modernización) en la enseñanza, que estaban respaldados por su advertencia de que si era necesario aplicar la esencialidad para su cumplimiento, no le iba a temblar el pulso. Y apenas quiso cambiar algo, los gremios se alzaron. Hubo enfrentamiento y represión, pero como pasaban los días y no se lograba nada, anunció la aplicación de la esencialidad. Allí terminó prácticamente su gobierno. En el mismo año (2015) que había asumido. Sus “compañeros” del FA lo dejaron solo (no aguantaron la presión de los sindicatos docentes), colgado del pincel y no le quedó más remedio que recular en tiempo récord. Chau Tabaré.
Este gobierno, por más esfuerzos que hizo para mejorar y modernizar la enseñanza, encontró las mismas piedras que en años y gobiernos anteriores. Tiene razón el ministro de Educación, Pablo da Silveira, cuando dice que “a la Coordinadora de Sindicatos de la Enseñanza, y a las organizaciones que la integran, no hay que evaluarlas por lo que dicen sino por lo que hacen. Hablan mucho en favor de la enseñanza pública, pero hoy son la principal causa de pérdida de horas de clase en el país. Y pérdida de horas de clase significa pérdida de aprendizajes, especialmente para quienes más lo necesitan”.
Veamos cómo termina, aunque creemos que le única solución es la segunda propuesta de Mujica: hay que juntarse… No queda otra.
La verdad es que no parece que la forma que tiene un profesor para defender la enseñanza (si hay que defenderla) sea dejar a los estudiantes sin clase. Si poco sabían, menos van a saber ahora.
EDITORIAL
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2023-11-19T08:00:00.0000000Z
2023-11-19T08:00:00.0000000Z
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