Tomar la decisión de atravesar una cirugía estética es un camino que debe transitarse con información, realismo, y seguridad. Para lograr eso, es importante que los pacientes se asesoren con un cirujano plástico y que logren evacuar todas sus dudas antes de la intervención.

Si bien cada paciente es único —y su entorno y sus decisiones siempre serán diferentes— muchas de sus inquietudes se repiten durante las consultas preparatorias. Estas son las cinco preguntas más frecuentes que surgen en mi práctica:

DOLOR. ¿Me dolerá mucho? La respuesta a esta interrogante es compleja y depende de algunas variables: el tipo de cirugía y su técnica, la zona del cuerpo a tratar, el umbral del dolor de cada paciente y su terreno o estado de salud.

Aunque contamos con muchas herramientas para aproximarnos a una noción de cuánto dolor posoperatorio generará una cirugía, es bueno recordar que el dolor es una sensación, y por lo tanto, tiene un componente emocional muy difícil de cuantificar con anticipación. Un adecuado plan de analgesia siempre es prioridad en cualquier cirugía estética. Esto implica el uso de medicamentos y también otras medidas no farmacológicas: postura, movimientos, fisioterapia, manejo de las heridas, del estrés, etcétera.

REPOSO. ¿Cuánto resposo necesitaré? Los pacientes también quieren saber cuándo podrán reintegrase a sus actividades, el tiempo para retomar la actividad física y si pasarán mucho tiempo en cama. La mayoría de las cirugías estéticas son ambulatorias y permiten un retorno relativamente precoz a la vida cotidiana. Es muy importante organizarse y contar con ayuda y compañía los primeros días posoperatorios, para atravesarlos de manera segura.

ESTACIONES. ¿Cuál es la mejor estación para operarme? La mejor fecha para operarse es la que le permita a cada paciente llegar mejor preparado, física y mentalmente, para cumplir con el reposo adecuado y concurrir a los controles posoperatorios.

Ciertamente, temperaturas elevadas pueden resultar muy incómodas, especialmente para el uso de fajas posoperatorias. También favorecen la formación de edemas (hinchazón), lo cual no es favorable para la recuperación. Además, para un mejor cuidado de heridas es probable que se contraindique sumergirlas en aguas como piscinas, mar, o ir a la playa. Por lo tanto, es de preferencia estaciones con temperaturas menos extremas que el verano, aunque esto no es para nada excluyente.

MARCAS. ¿Me quedarán cicatrices? Muchas veces esta pregunta es determinante para los pacientes y les permite decidir mejor si operarse o no.

Todas las cirugías dejan cicatrices en la zona donde se realizará el abordaje (la incisión en la piel para acceder al organismo). En una cirugía estética, esas cicatrices se emplazan en lugares donde pueden disimularse, y se trata de que su resultado sea lo más estético posible. Sin embargo, en muchos casos, los pacientes no están dispuestos a pagar el costo de una cicatriz por el resto de su vida.

MIEDOS. ¿Cómo será la anestesia? El miedo a la anestesia es muy frecuente. Probablemente esta sea la parte de la cirugía que más fantasías genere en los pacientes. La anestesia puede ser localizada en la zona a operar, con el paciente despierto y consciente, anestesia local con sedación, o anestesia general (paciente dormido y monitorizado). La anestesilogía es una rama de la medicina que se especializa en lograr la mayor seguridad posible para los pacientes durante los procedimientos quirúrgicos. Por eso, y al contrario de lo que comúnmente se cree, solo el tipo de anestesia no hace que la cirugía sea más o menos peligrosa. El factor determinante es la presencia de un médico anestesiólogo durante el procedimiento.

*Especialista en Cirugía plástica, reparadora y estética, columnista de eme.

Es importante contar con acompañamiento en los primeros días posoperatorios.